lunes, 19 de septiembre de 2011

Bien lo sabía el Cro-Magnon


Si algo he aprendido de la vida es que las cosas y las situaciones no son complicadas, las personas las convierten en algo complicado.

Que sencillo era todo, cuando en los tiempos de antaño, las relaciones de los seres humanos se basaban en cazar el alimento del día y fornicar, esas épocas donde el Cro-Magnon dominaba el suelo que ahora llamamos Planeta Tierra.

Y es que es cierto chavos, hoy en día una relación humana se torna cada vez más complicada de lo que debería ser y no es culpa de nadie más que de los integrantes de la misma, a causa de malos entendidos y la poquísima comunicación.

¿Cuantas veces no nos hemos encabronado con otra persona a causa de las tremendas chaquetas mentales que nosotros mismos suscitamos en nuestras cabecitas?¿Cuantos malentendidos no han ocurrido gracias a la inseguridad de las personas y su necesidad de siempre estar buscando problemas?¿Cuantas relaciones no han terminado mal por las constantes peleas y las incesantes pláticas sobre el mismo tema? ¿Y para que? Para después comenzar una nueva relación, tanto de amor como de amistad, y volver a cometer los mismo errores; El círculo de la vida, que le dicen.

No chavos, las relaciones interpersonales no deberían de ser así; Una persona debería ser capaz de mantener una relación alejada de las complicaciones y verla por lo que es, un acuerdo con otra persona de compartir ciertos momentos de su vida juntos, así de sencillo. Es poca la vida con la que contamos como para andar buscando problemas donde no hay y cubrir inseguridades con culpas ajenas.

A lo que voy, yo creo que el gran problema de las relaciones entre seres humanos surge de una inseguridad por parte de alguno de los involucrados, es como encender el pivote de una vela, poco a poco se va consumiendo y haciendo más grande, es decir, al iniciar una inseguridad, en lugar de erradicarla, se va alimentando hasta que ésta domina a la persona y erradica la relación.

Debemos de aprender a confiar en nosotros mismos y de esa manera poder confiar en las personas que nos rodean, ese el principal problema que acongoja toda relación entre seres humanos, cuando éstas resultan ser mucho más sencillas de lo que parecen; ¿Porqué no compartir los mejores, y los peores, momentos con tus seres queridos mientras quede vida?

Dejemos de buscarle tres pies al gato, que ciertamente resulta ser más feo, y comencemos a establecer nuestras prioridades en la vida, donde la inseguridad no forme parte de ellas.

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